Flora en la Laguna del Cañizar
Las variaciones cromáticas según las especies que florecen, se desarrollan o marchitan, hacen que ningún mes en la Laguna sea igual a otro.
En el invierno predominan los colores pardos y ocres de la vegetación seca, en reposo vegetativo y de los chopos y sargas sin hojas.
En primavera verdea toda la extensión de la laguna y aparecen pinceladas de color con el amarillo de lirios y ranúnculos, blanco de saúcos y majuelos, rosas de fumarias y rosales silvestres…
En verano destaca el verde de herbazales y juncales que por tener agua disponible en el subsuelo no se agostan. En los prados salinos estallan las flores rosadas de los limonios y en las zonas de la laguna donde ha bajado el nivel del agua el sustrato se vuelve blanco. No es sal sino algas secas ricas en carbonatos.
El otoño ofrece multitud de frutos como los escaramujos del rosal silvestre, las bizcotas del majuelo, moras y gran cantidad de semillas para deleite de las aves granívoras. Pero se van extendiéndo los tonos gualdos de las hojas de chopos y sauces y los amarronados de la flora que se marchita tras las primeras heladas.
El carrizal es la vegetación más abundante y da nombre a la Laguna. Necesita suelos con encharcamiento casi permanente o aguas someras y remansadas. Domina el carrizo (Phragmites australis), que forma agrupaciones altas (2-3 metros) y densas, a menudo impenetrables.
En herbazales húmedos florecen en primavera y principios de verano algunas orquídeas como Epipactis rhodanensis, Platanthera algeriensis y Anacamptis palustris. Esta última, debido a la alta tasa de destrucción de su hábitat palustre en Europa, seguramente se catalogará en peligro de extinción.
Junto a carrizales y juncales, encontramos espadañas o aneas con su típica inflorescencia maciza y cilíndrica (Typha latifolia y Typha angustifolia). Sus hojas largas y acintadas se usaron para confeccionar asientos de sillas y otros enseres. También hay espectaculares lirios amarillos (Iris pseudacorus), espigas rosadas de flores de adelfillas (Epilobium hirsutum) y salicarias (Lythrum salicaria), pie de lobo (Lycopus europaeus) y ranúnculos.
De gran interés en la zona son los prados salinos que albergan especies con adaptaciones para resistir la salinidad como el limonio (Limonium albarracinense), la sosa (Suaeda spicata), el llantén marino (Plantago maritima) y la gramínea cespitosa Puccinellia pungens catalogada en peligro de extinción.